BOLETIN INFORMATIVO 1

 

BOLETÍN INFORMATIVO

Asociación Cultural Llar đ Caravia - www.llardecaravia.com

 email:  llarcaravia@gmail.com

 

Año I                                                 Número 1                                        Diciembre 2025

 

EDITORIAL 

   

    Nuestro Boletín es el espacio de información, encuentro y comunicación entre todos los miembros de nuestra pequeña familia, como ya lo es nuestra web (www.llardecaravia.com). En él, además de las informaciones y las actividades de la Junta Directiva, tienen espacio las colaboraciones, iniciativas, recuerdos o propuestas de nuestros asociados, por lo que, desde aquí os invitamos a todos a enviarnos vuestras aportaciones a nuestro correo electrónico (llarcaravia@gmail.com). 

    Siguiendo con nuestros objetivos fundacionales y a pesar de los obstáculos propios del arranque de cualquier obra colectiva, en esta nueva entrega del Boletín, que ya es el número 1 y que pretendemos trimestral, os damos cuenta de algunas novedades, nuevos planes de la agenda corporativa y las secciones de memoria. Cerramos el número 0 anterior en la celebración de la Consolación y hacemos lo propio en éste abarcando el otoño caraviense.

    De las celebraciones patronales de la Consolación ya han dado buena cuenta la propia Asociación de Fiestas Virgen de la Consolación y la Fíbula, logrando un año más el éxito festivo y de participación, por un lado, y el mantenimiento de nuestras tradiciones, por lo que nos congratulamos y felicitamos a quienes han liderado el esfuerzo organizativo de ese broche de oro del verano caraviense.

    Cerrado este ciclo veraniego, nuestros amigos de la Asociación de Fiestas de Santiago Apóstol de Caravia Baja se han puesto manos a la obra para recuperar la que fue la otra gran fiesta patronal de la parroquia: el Rosario. Además del mérito de recuperar una tradición a punto de desaparecer, nos han dado un ejemplo de compromiso y buena organización para brindarnos el pasado 19 de octubre un día de celebración y hermandad que merece felicitación y agradecimiento sincero.  

    Este es el camino para todos. Es cierto que las fiestas, sobre todo patronales, son cultura popular a cuidar, disfrutar y engrandecer, pero tenemos que ensanchar los objetivos culturales más allá de las fiestas y a ello, precisamente, es a lo que se ha comprometido nuestra Asociación en colaboración, tanto con el Ayuntamiento, como con cuantas iniciativas festivas y deportivas surjan entre nosotros. Buscamos cooperar y animar para enriquecer culturalmente nuestro pueblo, empezando por recuperar su memoria y sus tradiciones, pero también ofreciendo actividades que llenen de vida y animación el día a día de Caravia.

    Tenemos pendiente el homenaje de reconocimiento perenne al gran Aurelio de Llano, la presentación de la reedición de su Libro de Caravia (1919), la recuperación de la identificación de su paseo y la erección del merecido monumento en su memoria en un lugar emblemático de nuestro pueblo.

    Queremos poner en marcha el gran archivo/biblioteca sobre la base de las donaciones de algunos archivos familiares ya comprometidos, como el de Enrique Ojanguren Somoano, al que a sus 99 años nombraremos Socio de Honor en el momento de disfrutar de sus “Memorias de Caravia” y para el que solicitaremos de nuestro Ayuntamiento el reconocimiento como Hijo Adoptivo de Caravia.

    Iniciaremos nuestro programa de conferencias y actividades de divulgación con la dedicada a la Cruz de Pienzu y el papel de la familia Victorero a cargo de Fernando Granda, a la que seguirá la gran exposición fotográfica de los recuerdos familiares aportados voluntariamente por nuestro vecindario y, por supuesto, una serie de talleres de los que iremos dando cuenta, junto con el próximo I Certamen del Dulce de Manzana.

    Otro de los objetivos ligados a la recuperación de nuestro patrimonio es el referido a la rehabilitación de las dos ermitas erigidas, respectivamente, en espacio público, como son la de Santa Bárbara en Valle y la de la Casona del Francu en los Duesos. Quedaría la de San Lorenzo, que pertenece a la familia Carús en la finca del mismo nombre. Y, por supuesto, la recuperación de la celebración festiva de Santa Bárbara, recordando los viejos tiempos mineros del concejo. El pasado minero también será objeto de otras actividades dedicadas a nuestras riquezas minerales (exposición y conferencias).

    Tenemos mucha tarea por delante y el otoño es un tiempo propicio para muchos de estas propuestas, para cuya culminación contamos con la colaboración y las ideas de todos.

 

 

 IN MEMORIAM de quienes nos han dejado

 

    Desde aquí queremos recordar a quienes nos ha dejado en los últimos meses, compartiendo los sentimientos de pérdida con sus seres queridos, su familia, sus amigos y vecinos. Este es nuestro pequeño tributo de agradecimiento por lo mejor de su vida.


                                                                 -     Francisco José María Busta Olivar (12/11/2025)


DEP


           

 

SUMARIO

 

1.  Editorial

2.  Información corporativa

3.  Nuestro Presidente elegido como miembro de la Real Academia

4.  La SERONDA: tiempo de cosecha, celebraciones y manjares 

5.  Haciendo memoria: la cofradía de Nuestra Señora del Rosario

6.  Caravia La Baja recupera la fiesta del Rosario

7.  El sitio de nuestros mayores: Maruja la de Valle

8.  Éxito rotundo del I Certamen del Dulce de Manzana

9.  Caneyando: Ruta Costera de las 6 playas

 

 

2. INFORMACIÓN CORPORATIVA

 

1.  Información de interés: con la burocracia hemos topado

    Como sabéis, a principios de agosto y una vez celebrada nuestra Asamblea Constituyente, presentamos en el Registro de Asociaciones del Principado y en la Hacienda regional toda la documentación necesaria para la obtención de los preceptivos Número de Registro y el CIF, que nos habilitan para el funcionamiento administrativo. El CIF provisional lo obtuvimos inmediatamente, pero el número de registro, incomprensiblemente, aún lo estamos esperando a finales de noviembre después de haber respondido al requerimiento de subsanación y mejora, con las consecuencias que os explicamos a continuación y todos estamos sufriendo.

    Una vez obtenido el CIF provisional abrimos nuestra cuenta corporativa en la Caja Rural de Colunga () y empezamos a funcionar. Inicialmente, solo para ingresar las cuotas de los socios, que muchos habéis podido ingresar sin problema alguno. Sin embargo, el 6 de octubre los responsables de la Caja Rural nos comunicaron que tenían que bloquear la cuenta y paralizar los ingresos hasta que el Principado finalizase el proceso administrativo de registro, que es lo que estamos esperando después de casi tres meses. A punto de cerrar la edición de este Boletín, nos llega el requerimiento de subsanación ya cumplimentado. Esperemos que ahora sean rápidos.

    Esta es la razón por la que a muchos de vosotros os han rechazado los ingresos de las cuotas, cosa que lamentamos y por la que os pedimos sinceras disculpas, esperando que superemos pronto este bloqueo que dificulta nuestra actividad.

 

2.  Las iniciativas y actividades para los próximos meses:

Aunque estamos pendientes de que el Ayuntamiento convoque el acto de presentación de la reedición por el RIDEA del Libro de Caravia (1919), hemos iniciado las gestiones para promover el homenaje de reconocimiento perenne al gran Aurelio de Llano, mediante la recuperación del paseo dedicado a su nombre en Caravia Alta y la erección del merecido monumento en su memoria en un lugar emblemático de nuestro pueblo, además de alguna otra iniciativa de reconocimiento.

Queremos poner en marcha el gran archivo/biblioteca sobre la base de las donaciones de algunos archivos familiares ya comprometidos, como el de Enrique Ojanguren Somoano, al que a sus 99 años nombraremos Socio de Honor en el momento de disfrutar, como conferenciante, de sus “Memorias de Caravia” y para el que solicitaremos de nuestro Ayuntamiento el reconocimiento como Hijo Adoptivo de Caravia. Esta iniciativa requiere, además, del concurso del Ayuntamiento la ubicación adecuada para la que propondremos la Casona del Francu. Enrique, es depositario, además, de la memoria viva de los herederos de Aurelio de Llano, así como de otros ilustres caravienses, de los que él mismo nos dará cuenta.

   

     Nuestro programa de conferencias y actividades de divulgación se iniciará con la dedicada a la Cruz de Pienzu y el papel de la familia Victorero a cargo de Fernando Granda, en la que podremos recordar el papel activo de muchos de nuestros antepasados.

 


    Pronto también esperamos poner en marcha la gran exposición fotográfica de los recuerdos familiares aportados voluntariamente por nuestro vecindario para lo que ya hemos realizado la correspondiente convocatoria.
 

    Y, por supuesto, una serie de talleres de los que iremos dando cuenta, junto con el I Certamen del dulce de manzana del 22 de noviembre, del que damos cuenta más adelante.

 

 


3. Otras propuestas de interés:
    Hemos iniciado conversaciones con el Ayuntamiento para ubicar la marca turística del municipio en un lugar visible y fácilmente accesible para las fotografías, sobre todo, de quienes nos visitan y quieren conservar un recuerdo de nuestra localidad, como sucede ya en pueblos y ciudades por todo España. A tal fin, a su vez, hemos abierto un debate para encontrar y proponer la mejor ubicación.

 





    Otro de los objetivos ligados a la recuperación de nuestro patrimonio es el referido a la rehabilitación de las dos ermitas erigidas, respectivamente, en espacio público, como son la de Santa Bárbara en Valle y la de la Casona del Francu en los Duesos. Quedaría la de San Lorenzo, que pertenece a la familia Carús en la finca del mismo nombre. Y, por supuesto, la recuperación de la celebración festiva de Santa Bárbara, recordando los viejos tiempos mineros del concejo.   

     El pasado minero también será objeto de otras actividades dedicadas a nuestras riquezas minerales, como una exposición de fluoritas y conferencias de expertos.

      Igualmente, tenemos pendiente la confirmación de expertos en arqueología para ampliar conocimiento sobre nuestros recursos desaparecidos u ocultos, como el Monasterio de la Corrada o los yacimientos dolménicos de la Beciella y la Tuerba.

        Siguiendo con el tema de Bedriñana, en el próximo Boletín daremos cuenta de los contactos y la visita a Bayona en Galicia, de la que han surgido nuevas informaciones, iniciativas y propuestas de colaboración y recuerdo.

 

Visita a Bedriñana de una delegación caraviense en 1945, encabezada por el Alcalde y el Párroco

3. NUESTRO PRESIDENTE ELEGIDO MIEMBRO DE LA REAL ACADEMIA


 Por José Luis Egüen Díaz



    El pleno de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, reunido en Madrid el pasado 21 de octubre 2025, eligió para ocupar la vacante nº 38 por fallecimiento del Catedrático y Académico Dalmacio Negro Pavón al “CARAVIENSE” Francisco José Llera Ramo, nuestro Presidente. 

   La designación reconoce el medio siglo de dedicación a la docencia y la investigación. Honra, pues, su brillante trayectoria académica y personal.

    PACO para sus amigos y vecinos, hijo de Maruja la de Valle y Pachín el de la Teyera, pasa así a formar parte del catálogo de Asturianos Ilustres, entre los que se encuentra su admirado Aurelio de LLano y su gran obra, dándose la circunstancia de que le sucede un siglo después en la pertenencia a las Reales Academias.

   Catedrático de Ciencias Políticas y Sociología, desarrolló la mayor parte de su labor docente e investigadora en Bilbao y en las universidades de Deusto y, sobre todo, del País Vasco, donde creó y dirigió el Euskobarómetro, llegando a ser Director General del Instituto Vasco de Estadística, estando en posesión de innumerables honores y distinciones. También fue titular de la Cátedra Príncipe de Asturias de la universidad norteamericana de Georgetown.

    Desde el “Llar đ Caravia”, la Asociación que acabamos de constituir y él mismo preside desde este verano, queremos darle un montón de enhorabuenas y trasladarle que esta pequeña villa que le vio nacer hace 75 años siente un inmenso orgullo de que 100 años más tarde, otro caraviense pase a formar parte de una de las Academias más prestigiosas, creada en el año 1857 por la Reina Isabel II y presidida entonces por el Marqués de Villaviciosa. 


 

4. LA SERONDA: TIEMPO DE COSECHA, CELEBRACIONES Y MANJARES


Por Manolita González González


    La Seronda es el nombre asturiano del Otoño, palabra utilizada, a veces, para referirnos al final de nuestras vidas, como sinónimo de tercera o cuarta edad. Pero, en realidad, se trata de un tiempo o una estación un tanto especial. Quizás lo más característico es su colorido variado de ocres, sobre todo en nuestra Asturias boscosa: hayedos, arces, cerezos, higueras, nogales. avellanos, castaños, robles….. Mires donde mires, verás tales colores dignos del mejor lienzo, increíbles.   

    Es el paso de la luz (verano) a la oscuridad (invierno), de la vida a la muerte (1 y 2 de Noviembre o Payares). ¡Qué cerca están! Es época de madurez y recolección: ablanes, figos, manzanilla, fabes, bellotes, nueces, maíz, manzanes, castañes,…


  Cuando íbamos a llevar las vacas al prado, a la vuelta hacíamos la gandaya, cogiendo por el camino nueces, bellotas o castañas, ¡qué tiempos aquellos! Había gente que salía al amanecer a la pía para hacer tal gestión y cuando tú ibas… nada. El que llegaba primero ya lo habían cogido antes que tú. Ahora son los jabalíes o los cuervos quienes se nos adelantan. Así es la vida.

 
    La recolección de estos manjares era básica, antiguamente, para el sustento tanto de personas como de animales (sobre todo, el maíz o las bellotas) durante el duro y largo invierno. Y para su conservación estaba el horru. Con la harina de maíz se hacían rosques en cazu, rosques na chapa (o en el talu del llar), farrapes y borona, sola o preñada. Esta para algún festejo y para el día de Pascua. Las roscas de la chapa y la borona se cubrían con hojas secas de castaño, que se guardaban para tal menester. Y, por supuesto,       no       podía faltar   la         leche de 
acompañamiento o de ingrediente, o los huevos fritos, el picadillo, el tocino…..  Y, claro, les fabes, de todos los colores, se consumían a lo largo del año, tanto en la típica fabada, como estofada, con marisco, jabalí, etc. Está claro que, junto con el maíz, la leche y el cerdo eran la base de la alimentación en nuestros pueblos.

 

    Con las nueces se hacen tartas, casadielles, se tuestan al horno o se comen crudas. La castaña podía secarse para obtener la mayuca o bien asarse (con el farol), cocerse, elaborar el “marron glacé”, hacer crema, pasteles o pote. Como las bellotas, también servían para alimentar a los cerdos, sobre todo, por su abundancia.


    La castaña era, sin duda, la reina del otoño, junto con la sidra dulce (del duernu) forman una pareja perfecta para hacer el amagüestu, pudiendo completarse con las manzanas asadas. Era una forma de disfrutar en compañía de vecinos y amigos, compartiendo no solo castañas y sidra, sino también charlas y cánticos. Hoy se celebra en todas partes: colegios, asociaciones, pueblos,…



    La gente también se reunía en casa de los parientes o diferentes vecinos cuando tenía lugar la esfollaza o esbilla en el estragal de la casa para, una vez recolectado el maíz, pelar les panoyes (las mujeres) para que los hombres lo enrestrasen, mientras los niños jugábamos con los tarucos, que alimentarían el fuego. Esta labor se hacía por la noche y duraba hasta la madrugada, no faltando las historias, los cuentos, los cánticos, los chistes, las bromas, además de comida y bebida.


    Las manzanas se guardaban en el hórreo y así duraban varios meses para comerlas crudas, asadas, en compota, tartas, puré y muchas recetas de cocina... Pero, sobre todo, con ellas se elaboraba dulce y mermelada. También, como no, se hacía la sidra para beber todo el año o para dos años.

    Es tiempo de vientos, que ayudan a que curen los frutos y, sobre todo, caigan fácilmente, como sucede con nueces y castañas. Por eso le llamamos el vientu les castañes, que llama a salir temprano a la pia. 

    Pese a que ya llegaron las lluvias y hasta puede que las primeras nieves en los picos, bajando las temperaturas, a mitad del otoño, sobre el 11 de Noviembre (festividad católica de San Martín), suele venir el veranín de San Martín para poder pasear y recordar el buen tiempo del verano antes de enfrentarse al frío y oscuro invierno. Pero, al mismo tiempo y combinándose con les esbilles, empezaba el tiempo de la matanza de los cerdos (el gochu), bien cebados durante el año y que, tras un ritual colectivo y tres días de celebración gastronómica (el samartin de cada casa), eran sacrificados para proporcionar los mejores manjares de nuestra cocina tradicional: jamones, lacones, lomos, costillas, panceta, tocino, hígados, sesos, orejas, morros, patas y, por supuesto, morcillas (curadas y frescas, para la fabada o el pote, respectivamente), picadillo, chorizos o emberzáullenándonos la despensa para todo el año. Había dos personajes u oficios claves: el matarife/despostador (encargado de matar al cerdo y dirigir el despiece) y la mondonguera (la que sabía cómo hacer las mezclas y sazonar los distintos embutidos). 

    Es una estación llena de fiestas populares, que en Caravia comienza con el Rosario de Caravia Baja y que coincide, más o menos, con la Fiesta Nacional y de la Hispanidad del 12 de octubre. El último día de octubre celebramos el Samain o la noche de les ánimes (hoy en día la fiesta importada de Halloween) y al día siguiente, la fiesta religiosa de Todos los Santos, seguida de la de nuestros difuntos, para los que engalanamos con flores y velas su lugar de descanso eterno y les visitamos en nuestros cementerios. Tampoco nos podemos olvidar que el 4 de diciembre celebramos Santa Bárbara, la patrona de los mineros y de la que nos acordamos cuando truena, antes fue día de procesión a la ermita de Valle, barrenos, bollu preñáu y botella de vino. Y rematamos la temporada con la semanona de la Constitución (desde su aprobación en el referéndum nacional del 6 de Diciembre de 1978) y el día de la Inmaculada del 8 (patrona de España y antes día de la madre). Y así ya entramos en la recta final del otoño para acabar en los festejos navideños, no por casualidad diciembre en asturiano es avientu, que suena, claramente, al tiempo de adviento cristiano.


    De todas las fiestas, la más popular es la de Halloween, que nos vendieron los norteamericanos pero… ¿cuál es su origen?. Según la Universidad de Oxford, la fiesta pagana de Samhain (dios de la muerte) tiene más de 3000 años. Es una festividad celta, que compartimos en todo el arco atlántico, tanto los gaélicos como los bretones, los asturianos y gallegos (Samaín). Era algo así como la Nochevieja actual. Había dos estaciones: la de la luz y el calor (verano, vida) y la de la oscuridad y el frío (invierno, muerte). Esa noche, los difuntos (les ánimes) tenían una especie de permiso para visitar a sus parientes vivos. Si habían sido buenos, venían con su propio aspecto. Se les dejaba comida y fuego por los caminos para que los guiasen. Los malvados volvían en forma de animales salvajes y para ahuyentarlos, en un principio, se colocaban calaveras con fuego dentro, más tarde se utilizaban nabos o calabazas huecas y recortadas para que aparentasen ser cabezas, con una vela encendida dentro (cuando íbamos a les esbilles por la noche 
poníamos calabazas con velas por los caminos).  Siempre se dejaban fuera de las viviendas, dejando a estas a oscuras. También se disfrazaban con caretas y vestimentas terroríficas. Se asaban y se comían castañas (origen del amagüestu) pues se creía que con cada castaña que se comía, salía un alma del Purgatorio. Este desfile nocturno de las ánimas dio lugar a la leyenda de la Güestia y de la Santa Compaña. También se iba por las casas pidiendo comida como lo del “trato o truco” actual. Aurelio del Llano, en su libro de “Del Folklore Asturiano: mitos, supersticiones y costumbres” (1922), nos cuenta cómo se celebraba en la Riera (Colunga). Desde sus orígenes celtas y, para nosotros astures, se han producido transformaciones por la invasión romana, primero, la cristianización después y, ahora, el Halloween de la expansión comercial norteamericana. En muchas localidades gallegas y asturianas ya se celebra Samaçin. Tenemos una cultura ancestral que no debemos olvidar. 


Bibliografía y documentación: pazodevilane.com, naturclimaasturias.com, traveler.es, infasturies.es

 

5. HACIENDO MEMORIA: LA COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO 


Por Jenaro De La Fuente Azpiroz (*)


    Las cofradías religiosas se fundaban por piedad de los vecinos de una parroquia, donde se ponían bajo la advocación de la Virgen Santísima, Nuestro Señor o alguno de los Santos de su devoción. Comienzan a tener relevancia durante el transcurso de la Edad Media y subsisten hasta nuestros tiempos actuales, muchas de ellas sin interrupción temporal durante tantos y tantos siglos.

    La cofradía de Nuestra Sra. del Rosario, de la parroquia de Santiago de Carrales en el concejo de Caravia, tiene sus primeros pasos sobre mediados del siglo XVII, pues en el año 1644 tenemos ya la plena constitución de ésta, según apunte que hace el párroco en los gastos de la iglesia. No nos han llegado los libros de la cofradía de este siglo, pero sí he visto testamentos y algunas mandas piadosas de vecinos de Caravia, en los cuales ordenan a sus herederos, dejar algunos bienes, siempre en forma de dinero, para el sostenimiento de la cofradía, así como para dejar sufragios por el alma de los cofrades ante el altar que tenía la imagen de Nuestra Señora del Rosario en esta parroquia

 Los cofrades pagaban un canon anual para el sostenimiento y celebración de las fiestas de la cofradía, que en el siglo XVIII era de dos reales por cada miembro de la cofradía inscrito. Si en una casa había cuatro cofrades pagaban ocho reales, pero las viudas y los huérfanos de ambos padres solo pagaban los dos reales, aunque en esas casas fueran más cofrades.

    Así mismo, la cofradía tiene unos ingresos que provienen de mandas piadosas de los cofrades para mantenimiento de la cofradía y con ese dinero se mantenía el culto y se decían los funerales y sepelios a los cofrades en general, pero sobre todo a los más pobres para que tuviesen unas exequias honorables.

    También funcionaba como casa de préstamo para la compra de ganado por los cofrades más menesterosos, que quedaban en régimen de comuña a la mitad de ganancias y pérdidas. Todo este capital lo custodiaban y gestionaban el mayordomo y otro cofrade, al que se le nombraba como contador todos los años. A primeros de año se reunían todos los cofrades para renovar los cargos de mayordomo[1] y contador y se les pedían las cuentas de la cofradía como data, cargo y descargo, para ver cómo se habían llevado éstas, para lo cual se nombraban a otros dos cofrades para tomar estas cuentas al mayordomo y contador. Si éstos resultaban “alcanzados”, que quería decir que habían gastado más que ingresado, tenían que poner de su bolsillo el desajuste o responder con sus bienes y hacienda, hasta su regularización[2].

    A mediados del siglo XIX la economía de la cofradía padecía muchos desequilibrios, por lo cual se decidió que los bienes de ésta estaban para atender a los cofrades y no gastarlos en las fiestas, que tenían un coste importante. Se resuelve, pues, que, si hay cofrades con posibles económicos y por su devoción a la Virgen del Rosario y caridad a sus hermanos cofrades, sufragaran a su costa las fiestas, que como podemos ver tuvieron siempre a cofrades dispuestos a dar satisfacción a sus hermanos de cofradía y demás vecinos para poder seguir haciendo las fiestas patronales[3].




    La cofradía de Nuestra Señora del Rosario siguió viva hasta 1931, año en que, por las circunstancias políticas, queda en situación de no actividad, sin que ello signifique su desaparición. Durante más de dos siglos y medio funcionó como centro asistencial para muchos de sus cofrades y, pese a no tener bienes inmuebles, si tenía capital bastante para hacer efectiva la labor asistencial para lo que se había creado.

     Actualmente aún se sigue celebrando la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, pero sin que exista ya como tal cofradía, que parece que nunca se extinguió como tal, ni que se liquidase el capital que pudiera tener entre los cofrades, pues ya en el siglo XX no funcionaba prácticamente como cofradía asistencial. No he encontrado los libros de esta cofradía correspondientes al siglo XX, por lo cual no podemos saber cómo fue el final de ésta.

    Anexo: Entre 1876 y 1878 D. José García Jove, vecino de Duyos, asumió el coste de 500 reales de la fiesta cada año (con 6 sacerdotes, 3 músicos, 28 docenas de voladores, más 3 ruedas de fuego);  en 1879 sumó dos sacerdotes más, un músico más y dos docenas de voladores más, así como 4 libras de cera para adornar el altar, lo que elevó el coste a 528 reales; y en 1880 el coste se queda en 520 reales, a pesar de que añade a los gastos del año anterior un ramo de pan para la subasta; en 1881 y 1882 asume los gastos D. José de Duyos con un coste de 546 y 506 reales, respectivamente, y los mismos elementos festivos del año a1880; en los dos años siguientes vuelve a sufragar la fiesta D. José García Jove con 506 reales, sin cambios en 1883, pero si en 1884 (3 músicos, un gaitero y 30 docenas de voladores); de nuevo, D. José Duyos se hace cargo de los gastos en 1885 sin cambio alguno; en 1886 entra en la lista de donantes D. Venancio de la Busta con un único cambio en el precio de 125 pesetas; en los dos años siguientes se vuelve a producir un cambio de donante y es D. Celedonio Fernández, maestro de Caravia, el que asume el coste de 90 pesetas para 5 sacerdotes, un músico con armonio, 2 músicos con guitarra y bombo, 2 cantores, cuatro libras de cera para el altar y varios fuegos de artificio en 1887, rebajando el coste a 85 pesetas en 1888; en 1989 el patrocinador fue D. Juan Pando con un coste menor de 73 pesetas por la enfermedad del músico del armonio; los dos años siguientes son D. Juan Luces y su yerno los que se hacen cargo de los gastos de 105 pesetas (el yerno en 1890) y 130 pesetas en 1891, respectivamente, sin cambio en las condiciones; en 1892 es D. Evaristo Rebollar el que por 75 pesetas se hace cargo de 5 sacerdotes, un gaitero, 2 músicos con guitarra y bombo, 20 docenas de voladores y un cantor de misa; el maestro D. Celedonio Fernández vuelve a sufragar el gasto de 127 pesetas del años 1893 en las mismas condiciones que en los años 1890 y 1891; los dos años siguientes es D. José Cofiño el que se hace cargo de los gastos de 140 pesetas en 1894 (añadiendo 40 docenas de voladores) y 119 pesetas en 1895 (rebajando la quema de voladores a 25 docenas); en 1896 vuelve a ser D. Juan Luces el que asume el coste de 136 pesetas (volviendo a subir a la pirotecnia a 40 docenas); en 1897 son D. Eugenio Fernández Balbín y D. Juan Pando los que pagan las 175 pesetas de la fiesta (por 6 sacerdotes, un cantor de misa, un músico de armonio, gaitero y tamboril, 2 ramos de pan para subastar y 30 docenas de voladores); en 1898 no hubo fiesta “por estar la nación de luto”; y en 1899 ellos mismos sufragan los costes de la fiesta sin cambio alguno; finalmente, en 1900 es D. Vicente Pando Valle el que pagó las 125 pesetas que costó la fiesta en las mismas condiciones anteriores.

1] Existe una lista de mayordomos del siglo XIX: D. Narciso Orovio (1859-1875), D. José Fonticiella (1876-1880), D. José Duyos (18811895) y D. Angel Uncal (1896-1900).

[2] Hasta el año 1876 la cofradía sufragaba las fiestas con las limosnas y las cuotas que aportaban los cofrades, que eran la mayor parte de la vecindad de Caravia.

[3] Existen cuentas anuales del detalle de los gastos de las fiestas y los donantes respectivos en el libro de la cofradía entre el año 1876 y 1900, con la única excepción de 1898 en que no se hizo fiesta por estar la nación de luto por la pérdida de la guerra en las provincias de ultramar frente a Estados Unidos (ver Anexo). (*) Fuente: Archivo Histórico Diocesano de Asturias.

 

6. CARAVIA LA BAJA RECUPERA LA FIESTA DEL ROSARIO


Por María Gallardo Alonso

             

    El pasado 19 de octubre celebramos en la Parroquia de Santiago Apóstol de Caravia Baja la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, recuperando con enorme ilusión tradiciones que habían quedado en silencio durante años.

Foto de Fernando Garate

   
 La misa contó con la participación de la Coral Asturiana de Gijón, que nos regaló una emotiva Ceremonia Religiosa en latín y, después, un pequeño concierto con fragmentos de conocidas zarzuelas que llenaron el templo de emoción y recuerdos. Momento entrañable es siempre la procesión del ramo, preparado con dedicación por los miembros de la Asociación. En esta ocasión, la imagen de la Virgen fue portada por mujeres durante el recorrido.

    Tras la celebración y el momento musical, los vecinos estaban convocados a una comida muy especial, una tradición de muchos años que por diversos motivos se había visto interrumpida, pero que todos ansiábamos recuperar. Gracias al esfuerzo y trabajo de los miembros de la Asociación Santiago Apóstol de Caravia Baja, los asistentes encontraron largas mesas dispuestas en la carpa instalada en la pista junto a la iglesia de Caravia Baja. 


 
    Cada mesa, decorada con flores y plantas otoñales, lucía carteles pintados a mano que indicaban los lugares destinados a los vecinos de cada barrio de Caravia, un gesto que aportó calidez y sentido de pertenencia.



Foto de Fernando Garate
    El menú —preparado por tres expertos paelleros— consistió en unos sabrosos entrantes seguidos de una espléndida paella de marisco que conquistó a todos los presentes. Sidra, vino y, como nopodía faltar, el postre, acompañado de un buen café pusieron el broche perfecto a una sobremesa llena de conversación, risas y reencuentros.




  


  La tarde alguna sorpresa: hinchables para los más pequeños y la actuación de solista Belén Rodríguez, con raíces caravienses (nieta de Urbano el de Valle y La Mariñana) y ganadora de “OP Siglo XXI” de la TPA, quien amenizó la sobremesa con su talento y cercanía. Sus canciones de siempre animaron a todos a bailar. Los más valientes fueron quienes rompieron el hielo, y poco a poco más personas se fueron sumando. Así, los más atrevidos salieron a la pista, evocando aquellas fiestas de antaño que marcaban la vida social del pueblo.


    En resumen, objetivo cumplido: una jornada de hermandad y convivencia, en la que los vecinos revivieron las celebraciones de su juventud y donde los más mayores recordaron esos momentos que eran, casi exclusivamente, su lugar de diversión, encuentro y amistad con los pueblos cercanos.

    Una fiesta que reafirmó la importancia de mantener viva la concordia y la fraternidad en nuestro pequeño municipio.

 

    Los miembros de esta recién estrenada Comisión de Fiestas se sienten profundamente orgullosos de la acogida recibida por tantos caravienses. Han puesto todo su esfuerzo y cariño para que todo saliera lo mejor posible. Gracias, de corazón, a todas las personas que les han ayudado y colaborado —que han sido muchas—. Ojalá todos estos valores que hoy recuperamos permanezcan vivos durante mucho, mucho tiempo.

 

7. EL SITIO DE NUESTROS MAYORES: MARUJA LA DE VALLE


Por Charo Llera Ramo

    Maruja la de Valle fue bautizada y registrada como Mª del Rosario Ramo Fernández y, pudiendo haber nacido en Madrid donde vivían y trabajaban sus padres, su madre vino a dar a luz el 16 de septiembre de 1927 en la misma casona de Valle, donde había vivido el gran Aurelio de Llano, solo dos semanas después de la Consolación. Así que cuenta con 97 consolaciones de vida o, como ella prefiere, 98 “rosarios”, porque siempre se ha sentido muy de Caravia la Baja. Recuerdo el recorrido de cada tarde de domingo de casa en casa de sus tíos y primos, que empezábamos en la de mi tía Emilia en Carrales y acababa en la de cualquier otra de los muchos parientes que siempre cultivó. Por lo tanto, hoy por hoy, es la caraviana viva más veterana, aunque no la más longeva, por el momento.


    No eran años fáciles ni para Asturias, ni para su familia, y, tras la muerte de su bisabuelo Juan Luces, su madre Rosario, la mayor de 11 hermanos, siguió el camino de la emigración sus hermanos varones mayores (3), pero no a Cuba como ellos, si no a Madrid de la mano de D. Benito Valle y su hija Gloria Piñán, a los que había servido en La Raposera y que la colocaron de ama de llaves en el Hotel Gran Vía de Madrid. Ellos fueron los que apadrinaron a su hija, ejerciendo tal responsabilidad, generosamente, hasta el final. Gracias a ellos, formó su familia en la casina de la calle del Cuetu, cuando quedó vacía al marcharse para México la familia Fernández-Carús, sus anteriores inquilinos y padres de Miguel Fernandez Carús (o Miguelito Carús).

    Seguir los pasos de su madre hubiera sido su destino, si el drama de la guerra y sus efectos no hubiesen truncado sus planes. Un matrimonio roto y la muerte prematura de su madre en agosto de 1940, la dejaron huérfana con 13 años en Valle, bien cuidada y arropada por los abuelos Luis y Enriqueta y su gran familia Fernández. Una familia, que sufrió el zarpazo de la división en bandos y las represalias de la guerra civil y la diáspora (añadiendo a Cuba, el País Vasco, México, Gijón y Avilés).

    Superada la tragedia de la guerra civil y casi sin tiempo para disfrutar de la juventud, a los 20 años se casa con Pachin el de la Teyera para crear, de la nada, su propia familia, ya mucho más pequeñina, pero muy bien engrasada de amor, respeto, buenos valores, tolerancia, espíritu de superación y mucho trabajo en un tándem perfecto. Como muestra baste un botón: estando embarazada subía a Bustrondi a regar los ocalitos recién plantados por Pachín o iba con el barcal encima de la cabeza a lavar la ropa al lavaderu del riu, además de todas las tareas de la casa, de la tierra o arrastrar mañana y tarde los bidones de hierro llenos de leche hasta la carretera, cuando regentaba el puestu de la leche para la empresa láctea RIERA de Gijón (de ahí lo de Maruja la del puestu). Consciente de sus limitaciones económicas y no sin problemas de conciencia, como buena católica, se limitó a tener dos hijos, de los que, por si fuera poco, se desprendió enviándolos a estudiar internos para darles el futuro que ella hubiera anhelado para sí misma y que la guerra había truncado. 

    Estamos ante un milagro y un prototipo de mujer asturiana fuerte en su fragilidad humana, con el timón en la mano, que no pierde el humor, gran compañera si tiene el compañero adecuado, como así fue, y ¡qué cocinera! Este es solo el resumen de 98 años de una gran caraviana, que es la memoria viva de todo un siglo. Sigue siendo un libro abierto de historias familiares, vecinos y personajes singulares, costumbres, tradiciones, celebraciones, canciones, cuentos, conflictos, recetas suculentas y, por supuestas, todas las tareas de la mujer rural asturiana.


8. ÉXITO ROTUNDO DEL I CERTAMEN DEL DULCE DE MANZANA


Por Ana Belén Fernández Junquera

 

    El recuerdo de ver a nuestras madres y abuelas en la cocina, siempre con su mandil y sobre todo con ese cariño que era el ingrediente principal de sus platos, es algo que cuando vamos cumpliendo años nos provoca un sentimiento de ternura de lo más placentero.

   Recetas, sabores, olores y conversaciones que se generaban en torno a la cocina, mientras ellas sin parar de remover iban fabricando, sin saberlo, momentos que se volverían inolvidables a lo largo de nuestras vidas.    


   



    Desde Llar đ Caravia, además de rendir un homenaje a nuestros antepasados, al entorno y a las recetas más tradicionales, queremos hacer que el presente esté lleno de instantes que el día de mañana también recordemos con esa misma mezcla de entusiasmo y dulzura. No hay que olvidar que uno de los objetivos principales de esta asociación es animar a las generaciones más jóvenes a descubrir y a continuar con la labor de recoger y hacer que perduren todas las costumbres de nuestras familias.
 



       Con mucha ilusión por parte de todos los miembros de la Junta Directiva de Llar đ Caravia y en esta ocasión con Mari Paz Sánchez Fernández a la cabeza como organizadora del evento, se celebró el 22 de noviembre este I CERTAMEN DEL DULCE DE MANZANA en las escuelas de Caravia Baja a las 5 de la tarde.

    Elsa Valle consiguió con su toque personal decorar la mesa principal para que el sitio quedara más acogedor y allí, acompañado de nueces, queso y pan, nuestro protagonista de textura inconfundible, se convirtió en el centro de atención de una merienda de los más entrañable y generosa. 





    Pudimos beber sidra dulce que fue hecha y donada por Pepe Azcano para la ocasión y para rematar la cita tuvimos una sorpresa en forma de postre elaborado por Alejandro Alonso. 


    Gracias de corazón a aquellas personas que, de una u otra manera, han colaborado y han hecho posible que este acontecimiento fuera un éxito y al Ayuntamiento de Caravia por dejarnos hacerlo en las escuelas. También a los que os acercasteis a acompañarnos, a pesar de que el tiempo nos regaló una fría tarde de noviembre, y mención especial para los 17 inscritos, incluidos los de concejos vecinos (Carmen Alonso, Paloma del Riego, María Jesús Corao, Santi Crespo, Mayte Alonso, Elsa Valle, Ana Egüen, María José Moro, Alejandro Alonso, David Covián, Julia Rodríguez, María José Gutiérrez, Tamara Candás, Pilar Alonso, Jose Luis Egüen, Gema Sánchez y Marga Menéndez), que nos aportaron además de su producto elaborado de forma artesanal, su tiempo, su colaboración y con ello su apoyo para que pudiéramos disfrutar todos juntos de una tarde de lo más prestosa, en la que no se buscó un ganador o ver quién era el mejor cocinillas, sino que el premio consistió en "abrir las puertas de nuestra casa" para poder reunirnos y con ello intercambiar charlas, risas, conocimientos y sabores, como los que se compartían en aquellas mesas de cocina de nuestros recuerdos y donde todos los vecinos que llegaban eran bienvenidos.



9. CANEYANDO: RUTA COSTERA DE LAS 6 PLAYAS


Por José Luis Freile Caunedo


 

Estadística de la ruta:

Distancia: 7,5 Km

Dificultad: Fácil

Tipo de ruta: Circular

Desnivel positivo: 153 m.

Desnivel negativo: 153 m. 



    Estacionamos en el aparcamiento de la Espasa. La primera playa es la de la Espasa. 

 





Seguimos costeando y llegamos a la del Viso.

    Luego nos encontramos con la de Moracey, conocida también como Pozo de las Pipas.






    Abandonamos la playa y en una curva tiramos de frente por un sendero costero de pradera natural. 





Más adelante llegamos a la de la Beciella. 

 

 

 



    Pasamos un pequeño puente, que sortea el río de los Romeros, y tiramos a la izquierda para seguir costeando en pradera natural y así, por la senda costera, llegamos a la playa de la Tuerba y, seguido, salimos a la carretera y a unos 100 metros llegamos al final de la ruta, playa de Arenal de Morís.

 



A la vuelta se puede venir por la Senda del Camino de Santiago. Subiremos como 150 metros por la carretera y, a la derecha, veremos el símbolo se las Conchas. Ese camino nos llevará al punto de partida.

 




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